La falacia del falso dilema, hoy más que nunca, domina nuestra realidad, especialmente en el ámbito político.
Así, si criticas a un gobernante que defendió, quizás alentó, una acción desmadrada de las masas, entonces resulta que eres de izquierdas.

Sin embargo, si criticas a otro gobernante que defendió, y alentó, otra acción desmadrada de las masas, entonces resulta que eres de derechas.

Es decir, en aras de esta necesidad de dividirlo todo entre dos, se atenta al raciocino más elemental, que invita a condenar a cualquier gobernante que aliente a las masas a hacer nada que se salga de los límites del más elemental sentido común.
Sin embargo, esto es lo que domina hoy en día el foro… pues la rebelión de las masas ha llevado a que el espíritu crítico yazca en un rincón oscuro, allá al final de la caverna.

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