Extracto de artículo de Manuel Martín Ferrand publicado en la revista Futuro en julio de 1998
Hay que repetir lo que, atribuido a otros autores, nos dice George Eliot(1): “Las mujeres felices y las naciones felices no tienen historia”. Por ahí viene nuestro problema colectivo. No sólo tenemos sobredosis de historia sino que el nuevo concepto parcelario de España inventa cada día emociones, sensaciones, hechos y hasta personajes que vienen de un pasado imaginado para justificar un presente deseado. Es el lío imprevisto en el Título VIII de la Constitución y que no se circunscribe a Cataluña, el País Vasco o Galicia, sino que se propaga como una gota de aceite de oliva -con perdón de Franz Fischler– caída sobre un papel.
(1).- Mary Ann Evans Cross (Warwickshire, 1819 – Londres, 1880), conocida literariamente por el pseudónimo George Eliot que utilizó en toda su obra, y en su vida, menos en la traducción inglesa de “La esencia del cristianismo”, del alemán Ludwig Feuerbach, que apareció con su verdadero nombre mientras ejercía como redactora en la muy trascendente “Westminster Review”. La escritora, que tuvo una influencia notable en Marcel Proust, fue considerada por Liev Nikoláievich Tolstói como la vanguardia de la novela moderna.
La frase que se cita está tomada de su novela. “El molino junto al Floss” (1860): un dramón en el que se cuenta la historia de los dos hijos del molinero Tulliver, Tom y Magie, separados en la vida por su carácter y todo tipo de conflictos y que al final se reencuentran para morir abrazados en una inundación.
Por esa época (1863) se publican los “Cantares Gallegos” de Rosalía de Castro y aparece (1866) la “Fortunata y Jacinta” de Benito Pérez Galdós.

0 comentarios